Hoja parroquial de abril 2018
¡Madre,  Soy  yo!
El Shabbat había quedado atrás…

María finalmente fue presa del sueño. La noche del viernes le había sido imposible dormir… Cayó rendida en el cómodo diván que el bondadoso Nicodemo le había ofrecido al acogerla en su casa después de la apresurada sepultura del cuerpo de Jesús.

Dormía plácidamente;  sería la tercera vigilia de la noche cuando Jesús se hizo presente. Se acercó al diván y se arrodilló ante María en profunda contemplación…No solo las madres observan extasiadas a sus bebés; también los hijos agradecidos disfrutan velando el sueño apacible de sus padres. Era Dios admirando a la más excelsa y pura de sus creaturas; era el Hijo contemplando a la más tierna y generosa de las Madres.

El rostro de María aparecía lívido, como descolorido por tantas lágrimas que habían corrido por él y, sin embargo, no perdía su belleza virginal.

Jesús se acercó y depositó un beso en su sien derecha al mismo tiempo que acarició reverentemente la cabeza de su madre. Y le susurró: “Madre, aquí estoy”.

Una claridad enrojeció la cortina de sus párpados aún cerrados, hasta que comenzó a abrirlos y vio el rostro radiante y sonriente de su hijo. No se sobresaltó; acaso pensara que todo era un sueño, pero muy pronto se percató de que no lo era; se incorporó de golpe, quedando sentada en el diván con los ojos bien abiertos.  Jesús seguía de rodillas, con la más hermosa de las sonrisas dibujada en su rostro sereno y luminoso.


“Madre, soy yo
”, le dijo Jesús tomándola de las manos. El rostro de María resucitó y recobró su color rosáceo. Instintivamente María liberó sus manos de las de Jesús para llevarlas al rostro de su hijo y lo acarició.

Rayaba el alba y Jesús le dijo que debía irse a buscar a sus amigos, pero se volverían a ver más tarde. Los dos se fundieron en un abrazo que duró varios segundos; María recostó su cabeza sobre el hombro de su hijo, y El la acarició nuevamente con nobleza y ternura. Jesús se fue separando poco a poco, tomó el rostro de María con sus manos y la besó en la frente. María tomó las manos de su hijo y por primera vez vio las huellas de su pasión; reverentemente las besó como hace toda madre con las manos de su hijo sacerdote. Jesús se puso de pie, se apartó un poco, y con una sonrisa, sin moverse, fue desapareciendo lentamente de su vista ante la sorpresa de María. Ella entonces cayó de odillas y comenzó a orar como solía: ’Proclama mi alma la grandeza del Señor’…

La sonrisa había vuelto a su rostro, una sonrisa que jamás se volvería a ir. ¡Era la sonrisa de la Alegría Pascual!

Sí, el Shabbat había visto su ocaso, y esta vez para siempre. Había cedido su lugar al Domingo.

 (Adaptación de un texto de Sergio Rosiles)

 NOTICIAS DE LA PARROQUIA

  1. Charlas y Retiro Cuaresmal

Como estaba programado, el Vicario Episcopal Mikel Garciandía Goñi desarrolló durante los días 5, 6 y 7 de marzo el tema “Invitados a la conversión pastoral”, tres charlas en las que nos animó a seguir ‘el camino del discípulo’, siendo ‘apóstoles de la alegría del Evangelio’. A los párrocos nos gustaría ver siempre llenas nuestras iglesias, para que más gente se aprovechara de oportunidades como ésta, pero los que asistieron fueron fieles a la cita cada día y mostraron su interés participando en el breve diálogo que hubo después de cada exposición.

El Retiro lo dirigió el P. Alfredo Espinal, regalándonos abundante material para la reflexión y puesta en común.

2.- Semana Santa

– La iniciamos con la bendición de los ramos en el porche de la iglesia, ya que en ese momento caían unas gotas. La Misa de la Familia estuvo a tope y muy bien participada.

– También la iglesia resultó escasa para la Celebración Comunitaria del Sacramento de la Penitencia del Lunes Santo. Pocas veces se ha visto una celebración penitencial tan concurrida.

– El Martes Santo, el Coro/Rondalla El Salvador animó la Misa de las Lágrimas de San Pedro y nos dio un breve e interesante Concierto al final de la misma. Gracias, queridos artistas.

– El Triduo Sacro lo iniciamos con las Laudes del Jueves Santo, celebrando por la tarde la Misa de la Cena del Señor, con el Lavatorio de los pies y la Hora Santa.

– El Vía-Crucis por la mañana y el Oficio de la Pasión por la tarde marcaron el Viernes Santo, con un impresionante relato de la Pasión según San Juan, la Oración Universal, Adoración de la cruz y la Eucaristía.

– El Sábado acompañamos por la mañana a María en su  Soledad. Pero siempre la celebración más compleja y mejor preparada es la de la Vigilia Pascual, con la bendición del fuego y el encendido del Cirio y de las velas; con la Liturgia de la Palabra, la liturgia bautismal y la Eucaristía. La gente respondió muy bien con su asistencia, su prestación personal, cuando lo necesitamos, y en las dos colectas que hicimos a favor de Cáritas parroquial (Jueves) y Tierra Santa (Viernes), recaudándose 285 y 235 euros respectivamente.