Además de la parroquia y del Centro Social, el Colegio de Teología ha sido una entidad consustancial al convento de Extramuros durante casi un siglo: desde la restauración de 1879 hasta su salida en 1976. En 1900, cuando la Provincia se siente restaurada plenamente, se le da una fisonomía nueva a esta casa de formación. Para ello se envía al extranjero a mentes ilustres: a la Universidad Católica de Lovaina, los primeros años; más tarde a la universidad de Friburgo, en Suiza, y, a partir de 1910, por imperativos superiores, nuestros estudiantes se formaron sobre todo en Roma, aunque no faltaron quienes estudiaron en Salamanca, Comillas y otras universidades nacionales y extranjeras.

La guerra civil española supuso años de dificultad y de vacíos en el Colegio, que se fueron superando poco a poco, gracias a los ímprobos esfuerzos de los directores y profesores, sobre todo del P. Lázaro de Aspurz en el período 1942-1963, y 1963-69.

El Concilio Vaticano II con su lema de renovación y adaptación, influyó en gran manera en la marcha del convento y del colegio de Pamplona. La vida interna del colegio tomó un nuevo camino, y en el curso 1976-1977 se dio la dispersión de alumnos a Alza, Zorroza y Zaragoza San Francisco. Desde esa fecha se hace más difícil seguir la marcha de los pocos estudiantes teólogos, como en general de las restantes casas de formación, mereciendo una mención especial la etapa de Vitoria (1981-2000), donde realizan sus estudios en la Facultad de Teología del Norte de España y viven en unos pisos que favorecen la vida fraterna.

 

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