Norberto Almandoz, gran amigo del P. Donostia y condiscípulo con él de Eugène Cools, refiere que preguntó al P. José Antonio por las escenas que había escrito de Larraldeko Lorea, y, al parecer, éste le respondió “—Allí las tienes en el desván del Colegio”. Almandoz señala que él mismo oyó algunas escenas en “una audición íntima” en casa de Arturo Campion, y confiesa este condiscípulo que le causaron muy buena impresión, pero dice al final que nunca supo “el motivo de haber abandona su composición”.
No importa el motivo, sino recuperar una obra que, si bien empezada, tiene una calidad musical bien merecida, y al final marca un hito en la historia de la ópera vasca. En la presente edición se sacan a la luz un epistolario inédito de Arturo Campion al P. Donostia en torno al proyecto Larraldeko Lorea, libretos originales de dicha ópera, y partituras publicadas en edición facsímil.
